Hay gente que deja huella, atraviesa la vida de las personas desatando rumbos inesperados. Personas que inspiran, que sacuden tu forma de relacionarte con el mundo. Desafían creencias. Conmueven.
Anoche soñé con Rosangela Silvestre, la conocí hace veintitrés años en un seminario de danzas afrobrasileñas. Los pasos que ya conocía en su cuerpo eran otra cosa, me hipnotizaba la energía alrededor de su cuerpo. Ella sola, parada, en supuesta quietud, proyectaba una determinación arrolladora. Sus clases comenzaban con un canto mágico que anunciaba la llegada a nuestros cuerpos de danzas ancestrales. Sabia, experimentada, atemporal, universal. Físicamente exigente, emocionalmente conmovedora y espiritualmente capaz de despertar misticismo en el capricorniano más escéptico.
Además de su técnica de movimiento siempre me inspiró su forma de vivir. El otro día hablé de ella en terapia. Una persona que viaja, abraza, desafía rutinas, con una relación exótica con el dinero, hace arte de maneras diversas, inspira. Todo eso lo podrías decir en primera persona, me dijo mi terapeuta en uno de los tantos jaque mate que mete cada sesión.
Lloro, siempre lloro en terapia, a veces manejando de camino ya voy tirando una lloradita que me deje a punto sensibilón, para que mi yo más careta ni entre a la sesión.
El sábado hice el monólogo Mansa Zamba en la Vendimia clown. Estaba presente gran parte de la comunidad teatral mendocina y eso le sumó nervios extra al siempre presente pánico escénico pre función. Me dijeron que mi dramaturgia recuerda a Urdapilleta. Qué halago que esa marica atrevida no sólo esté en mi mesita de luz sino que esté ahí en escena poniéndole picante a mis palabras, transformando mis gestos en poesía erótica.
El arte siempre es la continuación del trabajo de alguien. Un eslabón más en la creatividad de un inconsciente colectivo que viene procesando emociones desde el principio de los tiempos.
La literatura es reordenar palabras que ya existen. Siempre me hizo ruido lo de derechos de autor, más en la danza. Qué atrevida la gente que se siente dueña de un movimiento, es como querer adueñarse de un lago o una montaña.
El domingo en la repetición de Vendimia estuvo la Sole. Magnética, potente, con un discurso sensible que le creí todo. Mientras miles de personas revoleaban un poncho improvisado con camperas, remeras y pañuelos me bajó un llanto espontáneo. Terminó su show cantando Todo cambia, nombró a la gran Mercedes Sosa. Ya otras tres personas me la habían mencionado en una presentación épica en la que se largó a llover y ella seguía cantando. Antes de que la Sole la mencionara, la Negra ya estaba en el aire en el Teatro Griego.
Cuatro artistas que me conmueven: Rosangela Silvestre, Alejandro Urdapilleta, Mercedes Sosa, Soledad Pastorutti. ¿A vos quién te inspira?
Hace cinco años la pandemia me dejó varada en estas tierras cuyanas.
Cuarta Vendimia Central. Este verano escuché más veces la palabra Mendoza que la palabra Buenos Aires en toda mi vida.
Cuando me preguntan qué hago acá digo que las montañas me inspiran. Hoy pienso que quizás estoy acá porque es un lugar donde mi arte puede inspirar a otres. Ojalá mi barba brillosa, danzas ancestrales y literatura picante conmueva.
Que tengas una hermosa semana en un ciclo de inspiración sin fin que nos une a todes.
Te quiero mucho.
Vos inspiras en un mundo donde se adueñan de lagos y montañas multicolores.vos estas y sos mi artista preferido.iloviu